Echemos ahora un vistazo a nuestro alrededor. Tal vez, no necesariamente a lo que está pasando ahora, remontemos en nuestros recuerdos cercanos de la última salida que tuvimos. En un restaurante, en un bar, en un antro, en un parque, en un café.. bueno hasta en el cine.. ¿Cuántas personas están haciendo lo mismo? Tal vez pocos con una laptop, una inmensa mayoría con su celular. Esto de los Smartphones, ha revolucionado el mercado, a la gente y la velocidad de ruptura entre las personas, pues ha nulificado la convivencia personal.
Cada día que pasa, las personas generan una mayor ansiedad por responder de inmediato el teléfono en cuanto suena, es más, la mayoría llega, lo coloca sobre la mesa, frente a el para tomarlo de inmediato y no perder un solo segundo. La misma ansiedad va in crescendo para responder un mensaje de texto, y no se diga uno de Whats app o de Blackberry Messenger, para los que tienen esta configuración, los otros usan el tradicional MSN o Yahoo en el teléfono, o las recientes apps de Facebook , Twitter y Google para este fin.
Por sobretodo, cuando son reencuentros largos, es indispensable hacer saber al resto del mundo que bien de lo estas pasando, así que acomodas mil veces la pose para retratar el momento y publicarlo en tu red social preferida, si hasta tu sonrisa y toma las tienes super ensayadas y haces coaching a los demás para que luzcan divertidos o tomen poses intrépidas y cómodas!
Si vas a un concierto, la mejor idea será grabar cada tema, cada instante, la concurrencia incluso, y también publicar cada video de inmediato o audio, y dedicarlo a varias personas en particular que no pudieron ir.
Una vez publicadas, es naturalmente indispensable que respondas de inmediato cada comentario al video, foto, audio, o palabra publicada, para dar pie a una reunión mayor en la que virtualmente puedes incluir a todos los que no vinieron.. claro, previo etiquetado de todos los asistentes a la mesa de reunión para que todos puedan conversar ligeramente al respecto..
Esto cuando es social. Hay días que es por trabajo que no puedes dejar de responder… aun si estas haciendo equilibrios en el baño para responder a la llamada de la oficina (haz cuentas de paso, cuantas personas te han contado del inexplicable momento en que han ahogado su telefono en un excusado),;o si tienes que quitarte los bocados de la boca para poder responder.
En mi adolescencia e infancia, recuerdo que cuando mi madre salía del trabajo nadie de la oficina la llamaba a casa, de hecho no se daba el número en el trabajo. Yo mismo en el primero de mis trabajos no tuve siquiera que dar a alguno de mis compañeros el número de casa y el derecho de llamarme cuando les diera la gana para temas de trabajo.. mucho menos para que me localizaran a al hora de comida. Uno salía de la oficina y salía de la oficina. En casa si el teléfono repiqueteaba más de 3 veces te parabas a contestar, porque entonces podía ser algún urgente, y si al llegar habían colgado, no había preocupación, simplemente porque no sabías quien había llamado. La angustia por estos temas era nula.
Si querías hablar con alguien hablabas con alguien, en persona o por teléfono, centrando tu atención en esta persona. A la hora de la comida no se hablaba por teléfono, ni en horas tardías de la noche, si sabias que había reunión en casa de alguien, hablabas rápido y en su caso mejor ibas personalmente.
Trata de recordar el dialogo en tu última comida, cena, café. Resta lo que se hablo, se dijo y se publico con tu celular… el tiempo que tan urgentemente restaste a la reunión para responder un mensaje, cargar fotos o responder otra llamada. Si tienes suerte de tener 10 minutos de conversación real entre los asistentes, aun tienes salvación y puedes volverte un conversador que guarde memoria o haga memorable el encuentro, sin ningún apoyo externo. No recuerdas un espacio así de largo? pues resígnate entonces a buscar y ver cuánto te divertiste en las fotos y comentarios de tu red social, que seguramente mostrará que la pasaste muy bien!!
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