Hace unos días, una persona que quiero mucho me preguntaba porque
había abandonado mi blog, y francamente no supe que responderle. Creo que a veces tomamos un tiempo
para cambiar las cosas, para hacer una pausa con el afán de comprender algo, o
solo para desconectarte del mundo con el fin de no pensar mucho en otras cosas.
Aun así, es inevitable cerrar por completo los pensamientos o la
sensibilidad, cuando encierra tantas cosas que tal vez simplemente no sabes cómo
explicar. He aquí la probable razón (aunque aún no lo sé a ciencia cierta),
pero gracias al empuje de esa pregunta, hoy retomo de nuevo este espacio.
Advierto que después de tanto tiempo, no será corto.
Que decir o que contar, puede resultar complicado, pues este blog aunque reflejaba muchos pensamientos y
aprendizajes personales, no necesariamente narraba mi vida y sus azares, hoy quizás sea valioso contar algo de
esto que es más mío, pues tal vez esa sea la mejor manera de compartir algo de
lo que aprendido en este periodo de ausencia.
Comenzare por decir, que intente asesinar un poco a la persona que
escribía este blog,
tratando de diseñar una persona nueva. Un intento bastante inútil, pues tarde o
temprano las cosas que eres salen a la luz, como un simple reclamo territorial,
intentando recuperar un espacio que es totalmente suyo. Intente entrar en
mundos a donde no pertenezco, traté de compensar mis pérdidas llenándolas con
una bolsa de hallazgos inútiles que simplemente ocupaban espacio y agregaban
peso, hice diez mil cosas nuevas sin valor, conocí tantas personas diferentes a
mí tratando de encontrarme en el camino, logrando con ello una vasta colección
de rostros cuyos nombres, no tengo siquiera presentes. Intente salir de mi
mundo para borrar los recuerdos y crear recuerdos nuevos, la mayoría de los
cuales no tienen un registro nítido en mi memoria. Probé crear un vacío lleno de mil
ocupaciones. Avente mi corazón al aire como se lanza un plato en un concurso de
tiro. Y al final el reclamo de mí propio yo, logró alcanzarme sin trabajo
alguno.
He presenciado amores destructivos y posesivos, así como también
el amor inmenso que simplemente no sabe cómo permitirse la libertad de serlo,
sin preguntas y cuestionamientos, No he dicho que fuera algo mío, porque no lo
es. Mi corazón quedo estacionado durante mucho tiempo y pensaba entonces, que entregado
por única y exclusiva ocasión sin devoluciones, sin embargo, me di cuenta
que también uno puede reencender el motor y volver a echarlo a andar,
recomenzando una nueva historia, que puede ofrecer cosas magnificas. Entendí
que la distancia no permite sumar, sino solo dividir, que el miedo es el peor
enemigo, sobre todo el miedo a ser feliz.
En poco tiempo, he presenciado una larga lista de divorcios y
separaciones, también algunas cuantas historias de nuevos encuentros, algunos
de ellos descabellados y absolutamente sin sentido, pero, que aun así, han
decidido enfrentar el riesgo. He perdido algunos guerreros valiosos en el
camino, la muerte ha rondado cerca y sin piedad llevándose algunos de mis
viejos y nuevos cariños y a mi adorado Lupo, mi perro fiel. También el cáncer
ha hecho lo suyo con gente cercana y valiente que aún pelea tratando de
conseguir un poco más de aire y de tiempo. He visto bondad, corrupción, emoción
sobre controlada y desenfrenada. Mude de sitio, de ropa, de imagen y un poco de
piel. Sentí el calor del éxito y lo frío del piso a donde tarde o temprano
regresa la bola cuando la avientas hacia arriba demasiado alto. Me di cuenta
que no puedes correr sin calentamiento porque corres el riesgo de acalambrarte,
que la gente envejece y que las llamas se convierten en brasas, que
inevitablemente llegarán a ser cenizas. Regrese a la escuela, estreche mis
lazos familiares, redescubrí amigos valiosos y halle distancia y ruptura en
muchos lazos que consideraba irrompibles, me reconcilié con mi espacio y halle
mil maneras en las que no debes hacer algunas cosas. Fui prudente e imprudente,
irresponsable y también probé el sabor del compromiso; trate de vivir con
intensidad, con la fuerza y la inconsciencia que da el desconocimiento del
rumbo, sonreí con cosas nuevas y viejos recuerdos, llore como la Magdalena, y
viaje más de lo que hubiera supuesto y querido hacer por voluntad. Reinvente el
placer de habitar en mi ciudad. Deje de cargar los problemas de otros. Aprendí
a escuchar. Me abrí a formas nuevas de vivir, y para mi fortuna logré sacar indemne el alma en el
proceso. Me descubrí algunas arrugas que hoy acepto con orgullo y agregue unas
cuantas canas a mi cabellera.
Transité buscando el amor para reencontrar pequeñas chispas de un
fuego que alguna vez calentó por completo un corazón. Creo haber reencontrado
el amor, de una forma totalmente diferente que no solo calienta el corazón y el
cuerpo, sino que penetra con deliciosa calidez el alma. Trate de quemar varios de mis puentes y
barcos, para caer en cuenta que al final también la corriente puede ayudarte a
cruzar al otro lado, a veces solo basta dejarte flotar, aunque no te des cuenta
que lo estás haciendo. Redescubrí mi voz, y sus ganas de decir con mayor
fuerza, aunque muchas veces lo que digas pueda ser usado en tu contra, o pueda
ser malinterpretado, incluso aunque lo que digas pueda ser después rectificado.
Aprendí a ofrecer disculpas, a aceptarlas y a perdonarme a mí y a la tormenta
de recuerdos que suelen venir en el paquete. Muchas de mis percepciones se
abrieron, aunque todavía no comprendo todos sus significados.
En fin, el trayecto en tiempo corto, invito a tomar varios atajos, pero terminó por completar una vuelta
en círculos en muchos puntos, donde el aprendizaje solo grita que no hay forma
de dejar atrás algo que sigue dentro de ti, Pero quizás este tiempo puso algo
de sabiduría en este absurdo intento de fabricar un nuevo yo, que me permite
ver ahora las cosas con mayor claridad en algunos elementos de mi vida.
Una de ellas ha sido entender que el amor verdadero existe, en
muchas formas, aunque puede entrar en un periodo de coma, donde parece mantener
un estado de muerte cerebral pues carece de toda lógica el hecho de que el
corazón persista en el ritmo de su sólido latido, aun cuando tu cerebro trata
de apagarlo.
He sido una persona luchadora durante toda mi vida, pero muchas
veces no supe porque mantenía el empeño de seguir luchando, o porque llegue a
hacerlo por las razones equivocadas. No digo que todas las veces, pues la mayor
parte valió la pena. También afirme de forma constante que hubiera dado mi vida
completa por 5 minutos de inmensa felicidad, y parece ser que alguien escucho
esta petición, pues en efecto tuve esos 5 minutos y muchos más durante varios
momentos, que generalmente no terminaron bien, a pesar de ello reafirmo que
esto valió mi vida entera y lo que me falte por mal pasar. De hecho, aún sigo
apostando por esos 5 minutos mágicos que den sentido al futuro. Por fortuna
sigo siendo esa persona que lucha, pero he descubierto con beneplácito que hay
dos cosas más que perdí: el miedo al ridículo que tan frecuentemente me fue
inculcado en mi infancia, y el terrible miedo de equivocarme. Lo que ha reafirmado
las razones para perseguir mis sueños a pesar de todo. Acepto además que muchos
de los caminos elegidos en este periodo han sido erróneos, pero que, si no te
das el valor de intentarlo, no sabrás la forma de hallar el camino correcto o
que no podrás identificar lo que realmente sientes. He tratado de no quedarme con ganas de nada,
y simplemente darme a la tarea de vivir y hacer lo que me hace feliz.
Podemos resumirlo simple: Intente cambiar todo, logre cambiar un
poco donde era necesario hacerlo, solté algunos lastres que me permitieron
caminar más ligero, y reafirme que no puedo dejar de ser quien soy, aunque creo
que soy una versión un tanto mejorada. Acaso es que solo crecí un poco.
No todo ha sido miel sobre hojuelas, mi transito ha sido complejo
y a veces algo duro, pero ha reafirmado la capacidad de rehacer y la
posibilidad de conocerme mejor. Después de todo, a veces solo hace falta hacer
una pausa para respirar, y ver las cosas de otra manera.
Reflexiono un poco el nombre de este blog: Los
durmientes, aquellos maderos resistentes que tras un proceso de preparación
para crear resistencia, dan soporte a los rieles sobre los que transita un
tren. Su posición y colocación definirán el rumbo de la misma. En este caso, es
precisamente lo que se ha logrado hacer en este período, preparar los
durmientes para ir definiendo un camino a las vías sobre las que corre el tren
de mi vida.
Y aquí te hago dos preguntas, de cuyas respuestas logre ser
consciente en estos meses, pero que han tomado total claridad estos últimos
días. Te imaginaste como sería tu vida ahora? Lograste cumplir con tus sueños
importantes o se quedaron en el camino? Es curioso, pero muchas veces transitas
tan rápido buscando respuestas, mejoras y cambios, que no te das cuenta que es
lo que ha pasado en este tiempo, de las oportunidades que pasan frente a ti sin
que siquiera te des cuenta de ello. Yo te diré, no me imagine mi vida con el
escenario exacto de hoy, pero creo que ha sido una buena vida, aunque muchas
veces desee poder apropiarme del Túnel del Tiempo, para volver a corregir
algunas cosas, como creo que nos ha pasado en algún momento a muchos de
nosotros. Durante mucho tiempo algunos de tus grandes sueños parecen ser desdibujados,
y quisieras corregir algunas cosas para lograr hacerlos realidad, pero si te
detienes un poco, es posible que te des cuenta que ellos se han ido cumpliendo,
claro, a veces también puedes ponerte a pensar un poco en este proceso de
desear o soñar algo. Dicen muchos - “ten cuidado con lo que pides porque puede
pasar”-, pero también por como lo pides.
He encontrado muchas confirmaciones de ello, haciendo pequeñas
retrospectivas asociadas a lo que he vivido en estos últimos 42 meses. Recuerdo
que en mi niñez veía una vieja serie de películas llamada La Pandilla, blanco y
negro total, subtitulada, deseaba mucho tener un grupo así y poder disfrutar de
una amistad así de fuerte: primer sueño cumplido, no una sino muchas veces a
través de mi vida, he tenido una serie de grupos de amigos así o más geniales,
amistades fuertes, mis hermanos y hermanas en muchos momentos, aunque al tiempo muchos de ellos han
tomado su camino por separado. Tengo una imagen de un programa llamado Estudio
54, donde vi por primera vez a Elvis Presley y descubrí que me encantaría estar
en un escenario alguna vez cantando y recibiendo aplausos, una dicha que he
llegado a tener y que agradezco a muchos de ustedes haber compartido conmigo,
de niño escribía y soñaba con hacerlo en forma; pues bien, escribo, incluso
esto. Quise destacar en un deporte y durante un tiempo lo logré, quizás no pisé
las grandes ligas, pero tuve la suerte de brillar un mucho. Soñaba con un perro
y la vida me ha dado la fortuna de tener 5, cada uno maravilloso. Alguna vez soñé
con dirigir algo grande, lo hice y disfruté el proceso, igualmente quise tener
la capacidad de crear cosas nuevas, deseo que se vio cumplido en varias
ocasiones. Soñaba con vivir solo en algún momento, con ser independiente, un
sueño cumplido. Con hacer de la casa donde vivía un sitio más hermoso, se
logró. ¿Una casa con jardín? Otro punto cubierto. Un auto deportivo, llegó de
varias maneras cada vez más rápido y cómodo. Soñaba con el poder de los magos
para sanar algo, no precisamente es cosa de magia pero aprendí a hacerlo y pude
ayudar con eso en muchas ocasiones. Imaginaba lo maravilloso que sería poder
comunicarte con alguien sin hablar, y eso llego a pasar infinidad de veces; me
embriagaba con la idea de ver un poco el futuro en mis sueños, y ha habido
tantos deja vu’s que confirman esto como un hecho. Manejar una motocicleta,
vagar un poco, jugar en la calle, pintar un cuadro, salir de compras sin
preocuparme por lo que gastaría, llevar una serenata, cantar con un mariachi,
comer platillos deliciosos, bailar hasta amanecer, ver un amanecer, ver un
ovni… en fin todos ellos sueños cumplidos. Podría hacer una interminable lista
de cosas que soñé y veo cumplidas, que han dado significado a mi vida.
El sueño más grande era encontrar al amor de mi vida, enamorarme
con locura y obtener una correspondencia de la misma manera. Aquí, te repito,
ten cuidado como pides las cosas: La locura la tuve, transite el cielo y el
infierno varias veces, justo es decir, que he tenido momentos maravillosos y también
aprendizajes dolorosos que abren la pauta para definir mejor el perfil de esa
persona correcta. He sentido amor y desamor, y aun puedo decir que conservo el
sueño de que eso llegará. Alguna vez creí un amor eterno, y hoy puedo ver que
ese existe, y es el que siento por mi
Así qué, si ahora haces números, intenta pensar que tanto se ha
cumplido ya, y si caes en cuenta de ello ahora seguramente hallarás formas de
hacerlo más grande y duradero, o al menos, tendrás la capacidad de disfrutarlas
consciente que existen, sin tener que dar tantas vueltas para encontrar lo que
ya sabes.
Es un hecho que los humanos siempre queremos más, siempre queremos
ir más lejos, siempre queremos alargar el tiempo que duran las cosas. Mentiría
si les digo que aun con la satisfacción de saber que todo esto se ha cumplido,
no quisiera 5 minutos más de lo que me hizo más feliz. No puedo más que
mantener la puerta abierta al futuro y seguir soñando, y trabajando en mis
sueños, o a veces, solo esperar que los deseos se cumplan, o que mi voz se
escuche con la intención correcta para poder alcanzarlos y sumar otros momentos
de felicidad a esta vida tan agradablemente vasta. Quien sabe, seguro hay
todavía muchas sorpresas esperando, quizás hay cosas que pueden extenderse un
poco más o incluso recuperarse. Después de todo, que son los sueños sino
esperanza? La esperanza de
poder vivir, de vivir como quisieras.
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