jueves, 1 de noviembre de 2012

Compartes o conservas tus recuerdos?

Suele suponerse que cuando las personas hablan mucho de un antiguo amor, problema o situación, es porque no  quieren o no pueden olvidarlo. Contrariamente creo que es una forma en la que el recuerdo se desgasta: mientras más lo compartes,  más lo sacas de ti, más lo  liberas a través de las palabras. ¿No te ha pasado que una vez que platicas más de dos veces cualquier anécdota tuya, sobre todo aquellas divertidas o emocionantes, dicha emoción se diluye y poco a poco va perdiendo brillo y se desluce? Me parece que es igual con cualquier cosa que compartes muchas veces, más aun cuando lo cuentas sin reserva alguna, porque cada recuerdo escondido en  lo profundo, cada detalle atorado en las entretelas de los sentimientos,  al compartirlo tanto  deja de formar parte de tus dejos recurrentes, de tu valiosa colección de trampas de la nostalgia,  de tus sensaciones reservadas para aparecer como sorpresa y lastimar en el momento  en el que menos te lo esperas.  Así que comentarlo, compartirlo mucho puede parecer una mejor alternativa para irlo dejando atrás.

Precisamente callar y nunca compartir estos recuerdos, es una forma de atesorarlos, pues no se desgastan, esta fórmula permite que siempre  conserven su brillo y luminosidad, su emoción intacta cuando son evocados… porque recuerdos como estos son los tesoros mas profundos que guardamos para seguir atados a un pasado que no creemos tan perdido, tan lejano o tan irrescatable, para mantener la esperanza de mantenerlo vivo.
No hay peor muerte para un recuerdo que la total indiferencia de poder hablar del tema como si cualquier cosa; utilizarlo como ejemplo, como se usa cualquier referencia; o tener la capacidad de poder hacer regresar de la muerte mucha veces tal o cual historia, como quien cuenta una historia ajena.

Aunque es también muy importante decir, que  no hay peor indiferencia que llegar al punto en el que incluso contar esa historia te llene de una flojera tal (pues la  has contado tantas veces, se ha inmolado deforma tan constante en el altar de los sacrificios), que tal vez prefieras cambiar de tema para encontrar algo digno de que hablar,  para evitarte un consumo innecesario de saliva, misma que bien podrías usar para expresar tu amor por alguien que hoy en día, te quita las palabras de la boca…  o tan solo para humedecer los dedos y poder dar vuelta a la página con mayor facilidad.

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